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Personas desaparecidas, vidas en pausa. (I)

Cruz Roja Española (03/11/2022)

Personas desaparecidas en ruta migratoria Muchas de las desapariciones forzosas se derivan de actividades ilícitas relacionadas con las rutas migratorias.

Cruz Roja está trabajando en un nuevo proyecto piloto que pretende arrojar (más) luz al respecto.

 
 
El pasado 30 de agosto conmemoramos e informábamos sobre el Día Mundial de las Desapariciones Forzosas, una problemática mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Según Naciones Unidas, cientos de miles de personas han desaparecido durante conflictos o períodos de represión en al menos 85 países de todo el mundo. Aunque las desapariciones forzosas en su día eran principalmente producto de dictaduras militares, hoy pueden deberse a otras situaciones complejas, tales como las desapariciones derivadas del tráfico ilegal de personas, por ejemplo, en rutas migratorias. En la primera parte de esta noticia veremos la caracterización y el proceso paso a paso; en una segunda, abordaremos las particularidades de España, el perfil migratorio y la campaña internacional #NoTraceOfYou.
 
La Organización Internacional de Migraciones estima que cerca de 19.000 personas han desaparecido en procesos migratorios en la ruta marítima del Mediterráneo entre los años 2014 y 2019. En 2021, la cifra alcanzó las 3.300. A ello se suman datos significativos como que tan solo el 13% de los cadáveres han sido recuperados y, por tanto, identificados como personas fallecidas.
 
Cruz Roja ha trabajado históricamente a través de las solicitudes de búsquedas de familiares de personas desaparecidas en ruta migratoria. Actualmente, y con el objetivo de mejorar la eficacia en este ámbito, la Organización se ha propuesto cambiar el modus operandi de sus actuaciones y, en lugar de esperar a recibir la solicitud, pretende actuar desde el mismo conocimiento del naufragio para, de este modo, conseguir que las personas puedan obtener a corto plazo una respuesta (al menos parcial) de la situación que puede haber vivido un familiar suyo en ruta migratoria. Para ello, el Comité Internacional de Cruz Roja ha desarrollado un proyecto con el que identificar, a través de testimonios, herramientas y el recuento de personas que viajaban en cada patera a su salida y llegada, a las personas que han muerto en su viaje en este tipo de embarcaciones.

-[Este proyecto] nos está permitiendo un cambio de paradigma respecto a lo que ha sido el programa histórico y tradicional de búsqueda de personas desaparecidas por procesos migratorios o catástrofes humanitarias-, precisa Carlos Chana, responsable del Restablecimiento del Contacto Familiar de Cruz Roja Española. -En ese sentido, es un proyecto que procura adelantarse al acontecimiento que ha generado estas desapariciones. Vamos a tratar de reconstruir la situación humanitaria que ha hecho que esa persona desaparezca; en este caso, un naufragio o el hundimiento de una embarcación-, concreta.
  
La versión piloto del proyecto -Personas desaparecidas en ruta migratoria- de Cruz Roja arrancó hace poco más de un año  en Canarias tras una experiencia previa en Italia. -El antecedente fue Italia, frente a las costas de Libia, en el naufragio de Catania, que fue un drama humanitario por el número de personas que quedaron bajo el agua. Nuestra realidad ha sido más diacrónica. Si Catania fue un evento de un barco que iba saturado de personas, en las costas canarias ha habido una tragedia humanitaria latente desde África que viene desarrollándose en nuestra historia reciente. Tenemos constatado que prácticamente desde 2007 y 2008 hay desapariciones de cayucos procedentes de la costa de Senegal, pero hasta este momento no se había articulado una respuesta eficaz frente a estas decisiones-, explica Carlos Chana.
 
Antes de arrancar en Canarias, Carlos Chana expone la importancia de una fase previa, clave para capacitar de forma transversal a todos los equipos y coordinada por el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR). -Si no tenemos todos una misma mirada, no podremos ser eficaces. Por tanto, hubo una fase de formación, con el equipo forense, con el CICR, en el que también han participado ERIEs, Acogida Humanitaria, Inclusión Social-, cuenta el portavoz de Cruz Roja Española.

Desde la implementación del proyecto en Canarias se han investigado 45 casos de llegadas, en las que se han contabilizado 308 personas desaparecidas o fallecidas, de las que se resolvieron las 101 solicitudes de búsqueda recibidas. Esta iniciativa, además, no se queda solo aquí, y desde enero de este año se ha extendido a la zona sur de la península, a la zona de Levante y a Baleares, donde se está trabajando específicamente la implantación del servicio en la costa de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Baleares. Hasta el momento, se han producido unos 8 eventos.

El proyecto -Personas desaparecidas en ruta migratoria- también busca afrontar de forma más transversal la gran cantidad de casos no resueltos provenientes de países africanos, el alto número de personas desaparecidas en la ruta migratoria y la necesidad de identificar a las personas migrantes para ayudar a las familias a enfrentarse a la pérdida ambigua.
  
-La pérdida ambigua-, ahonda Chana, -es un concepto técnico que trata de describir el síndrome o conjunto de síntomas que tiene la persona que no puede constatar con hechos verificables la pérdida de un ser querido. Y, para poder afrontar un duelo psicológico, es importante tener esos elementos de constatación de que la persona no está, y no va a estar. En caso contrario, nos quedamos en un limbo emocional, en una fantasía, que puede hacernos creer que nuestro ser querido todavía continúa entre nosotros-, señala. Ello tiene, además, consecuencias psicológicas, emocionales e incluso civiles derivadas de las prestaciones económicas o de las situaciones jurídicas de los distintos países de origen.


El proceso paso a paso

La búsqueda de personas fallecidas y desaparecidas en la ruta migratoria puede darse en tres contextos: que la embarcación saliera, pero no llegara a la costa de destino; que la embarcación llegue con personas fallecidas; o que en la embarcación hayan fallecido personas, pero que sus cuerpos hayan desaparecido en el mar.

Cruz Roja basa su investigación en un riguroso proceso de cotejo en el que intervienen diferentes fuentes, tales como testimonios, medios de comunicación, o imágenes, entre otras para aportar elementos que constaten el fallecimiento de una persona considerada como desaparecida, y de la que no hay evidencias de que su cuerpo haya llegado a la costa. No obstante, Cruz Roja no certifica la defunción, sino que construye el relato de lo que probablemente sucedió, en base a los hechos constatados, y las posibilidades de supervivencia.

A través de los servicios de Restablecimiento del Contacto Familiar del Movimiento Internacional de la Cruz Roja se organiza un encuentro en persona con los familiares de las personas desaparecidas para transmitir la información atendiendo a las necesidades emocionales de la familia. Cabe la posibilidad, en estos momentos, de iniciar el proceso de duelo si se considera conveniente.

Por ejemplo, cuando se identifica una embarcación que partió de un punto en una fecha determinada, pero no ha llegado a costa, se recopila la información de llamadas y solicitudes de búsqueda de los familiares para elaborar una lista de personas que iban a bordo y un relato de lo ocurrido. Posteriormente estos datos se corroboran utilizando herramientas técnicas.

En el caso de las embarcaciones llegadas a costa con personas desaparecidas, además, los testimonios de las propias personas supervivientes se suman a esta investigación, así como las noticias o publicaciones en redes sociales al respecto de lo acontecido. Por otro lado, si la embarcación llega con personas fallecidas, se trata de identificar los cuerpos (junto al Instituto de Medicina Legal y los juzgados), y si no fuera posible, también se contrasta la identidad de la persona migrante con las supervivientes, y el cotejo de datos en las solicitudes de búsqueda; si algún familiar quiere identificar el cuerpo, se realiza un acompañamiento físico y emocional por parte de Cruz Roja para pasar este proceso.

En todos los casos, el registro de posibles nombres (y su cotejo en bases de datos con distintas formas de escritura o similitudes parciales), así como las fotografías en las que pudieran aparecer, suponen un valor añadido a la investigación. Respecto a las entrevistas a supervivientes no existe un modelo de cuestionario cerrado, ya que es preferible adaptarse a los sentimientos y las reacciones de cada persona ante estos acontecimientos trágicos. Se intenta reconstruir toda la cronología del viaje y lo ocurrido, y rescatar el mayor número de detalles que puedan conocer sobre las personas desaparecidas, incluyendo si conocían a algún familiar.

Corroborada la información con herramientas digitales, información de terceros y análisis de las -redes complejas-, se analizan los datos de partidas y llegadas para calcular la probabilidad de supervivencia de las personas involucradas. Con ello, se elabora la respuesta parcial de lo ocurrido que se transmite a las familias de las personas desaparecidas.

Sobre este proyecto también se pronuncia Jose Pablo Baraybar, especialista forense del Comité Internacional de la Cruz Roja en París, que considera dos puntos decisivos y diferenciales en las actuaciones. -En primer lugar, podemos dar respuesta en los casos de no llegada; saber que una patera salió con unas personas y, si no llegaron, poder transmitirle al menos a la familia esa información. En segundo lugar, podemos utilizar la información de la gente que sí llegó para identificar posibles cadáveres que puedan ayudar a las autoridades a saber de quiénes son esos cuerpos no identificados- dice.




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