Efectivamente, el feminismo es un movimiento con una larga historia. A lo largo de las décadas, ha incidido profundamente en la sociedad, haciéndola progresar hacia la equidad y la justicia. Por otro lado, el feminismo también ha evolucionado en respuesta a las cambiantes necesidades y desafíos existentes en las diferentes épocas y en los diferentes contextos geográficos. Desde sus raíces en el camino hacia el sufragio hasta la actualidad, hemos sido testigos de una transformación significativa. Así, aunque las reivindicaciones han ido cambiando el objetivo ha sido siempre el mismo, esto es, la búsqueda de la igualdad efectiva y real. Nuestras predecesoras han desempeñado un papel fundamental en esta transformación. Nos hemos movido más allá de la noción de que el feminismo es exclusivamente cosa de mujeres; ahora reconocemos que es una causa que acoge a todas las personas que buscan la equidad. A día de hoy, el feminismo es un movimiento con una amplia base social y las mujeres no son las únicas personas que se identifican y se sienten parte de él.

En este 8M, desde Cruz Roja Juventud reflexionamos sobre cómo hemos evolucionado como defensoras de la igualdad y en cómo las diferentes mujeres que han luchado por un mundo más igualitario han marcado los pasos de las nuevas generaciones, consiguiendo que las mujeres de la actualidad tengan derechos y oportunidades que ellas no tuvieron. La igualdad de género no es simplemente un objetivo abstracto; es un compromiso cotidiano con la justicia y la equidad. En este Día Internacional de la Mujer, reflexionemos sobre la historia del feminismo y reconozcamos la importancia de la deconstrucción personal en el camino hacia una sociedad donde hombres y mujeres coexistan en igualdad de derechos y oportunidades.

Juntas, al romper con las ideas anticuadas y construir un futuro donde la igualdad sea la norma, estamos dejando una huella que perdurará para las generaciones que vienen. Por eso, con el lema -Sus huellas marcan nuestro camino. La historia cambia, la meta permanece- y diversas actividades tanto en calle como en redes sociales, desde CRJ recordamos que no solo es fundamental cambiar las leyes, sino también nuestra forma de pensar y sentir, para construir un mundo donde la igualdad crezca como algo natural.

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