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Ucrania, un año después. (I)

Cruz Roja Española (24/02/2023)

Kristina. Foto Javier Perera.
Volver a empezar: la nueva vida de las familias ucranianas un año después.




Doce meses después del estallido del conflicto en Ucrania, hablamos con algunas de las personas acogidas en diferentes puntos de nuestro país quienes hacen balance de su proceso de inclusión social, cultural y laboral. La prioridad de Cruz Roja continúa siendo atender a la población civil afectada y a las personas desplazadas que se han visto obligadas a dejar sus hogares y cruzar las fronteras con otros países.


 
UN AÑO DESPUÉS DE LA LLEGADA

Desde el 24 de febrero de 2022, Cruz Roja ha trabajado intensamente para ofrecer respuestas inmediatas y ajustadas a las necesidades de las personas afectadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

En toda Europa, Cruz Roja ha atendido a más de 14 millones de personas en la cobertura de sus necesidades básicas, ha asistido sanitariamente a más de 1.100.000 y ha prestado ayuda en lo que a alojamiento se refiere a casi dos millones. Solo en Ucrania, la Cruz Roja Ucraniana ha prestado asistencia a más de 12 millones de personas, más de 328.000 necesitadas de apoyo psicosocial y más de 252.700 en tareas de transporte y evacuación.

Cruz Roja Española ha apoyado desde el inicio a la Cruz Roja Ucraniana y las Cruces Rojas de otros países limítrofes, donde en la actualidad se sigue colaborando puesto que, desafortunadamente, el conflicto continúa y sus consecuencias van a provocar un impacto negativo entre la población también en el medio y largo plazo. En estos momentos las delegaciones tanto en Polonia como en Ucrania, están activas, desde donde los 36 delegados y delegadas desplegados trasladan un día a día muy complicado con constantes ataques, cortes de luz o de otros suministros como el agua. 

A nivel nacional, se ha canalizado la respuesta en colaboración con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, con una atención integral a las personas (alojamiento, manutención, cobertura de necesidades básicas, asistencia social, jurídica y psicológica, además de aprendizaje del idioma).

 
Cruz Roja Española ha atendido a más de 125.000 personas (64% mujeres, 36% hombres) con el apoyo de 9.426 personas voluntarias.

- Área de Socorros: 22.371 movilizaciones.
- Área de Salud: 3.091 personas han recibido apoyo psicosocial.
- Área de Empleo: 7.494 personas han mejorado su empleabilidad.
- Área de Inclusión Social: 48.389 personas acogidas; 88.987 personas han recibido asistencia social; 7.072 entregas de bienes realizadas.
- Cruz Roja Juventud: 10.349 niñas y niños han participado en actividades de ocio.

España es uno de los países donde han recalado las personas ucranianas que han huido del conflicto, la miseria y un futuro incierto. Ahora, un año después de su llegada, muchas aseguran que su integración ha sido todo un éxito y que jamás se habrían esperado una acogida así.  

 
ACOGIDA E INTEGRACIÓN PARA FORTALECER SU BIENESTAR EMOCIONAL

Kristina trabajaba en Ucrania como responsable de equipo en una clínica veterinaria. Tenía una vida estable, vivía con su dos hijos (un niño y una niña), su marido, su abuela y tres perros en un apartamento en Brovazy, una ciudad a 10 kilómetros de Kiev. 

Su vida transcurría con normalidad, llevaba a su hijo y a su hija al colegio, iba a trabajar y cada dos años podían permitirse unas vacaciones familiares en la playa. El día que empezaron a bombardear los alrededores de Kiev, decidió refugiarse en el sótano de su casa, allí estuvo con su familia diez días hasta que tomó la decisión de marcharse con su hijo, su hija y su abuela. Era una fría mañana del mes de marzo.

Una única maleta para toda la familia y diez horas de tren para llegar a Lviv, donde estuvieron alojados dos noches en un hostal. Allí, Kristina empezó a buscar a personas voluntarias que pudieran llevarlos hacia Polonia. Salían muchos autobuses pero consiguió un pasaje en coche hasta Varsovia, donde se quedaron durante unas cuantas noches en el salón de una familia. Kristina no conseguía dormir y seguía buscando destino hacia Europa. Fue entonces, cuando a través de las redes sociales, una chica ucraniana que vive en Toledo le consiguió un pasaje hasta España.  

Asegura que este año ha sido un soplo de calma lejos de los bombardeos, -para mi este año ha supuesto estar tranquila y saber que mi familia está segura, que mis hijos están estudiando y que tenemos atención médica, sobre todo para mi abuela que tiene 75 años-.

Convencida de que tenía que vivir una vida independiente junto a su familia, Kristina decidió pedir ayuda a Cruz Roja y entró en el Programa de Acogida e Integración de Personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional y temporal. Desde agosto del 2022 vive en un piso de Toledo con sus hijos, Iván de 10 años y Antonina de 14, acompañados por su abuela.  
Kristina se deshace en agradecimiento a las personas voluntarias, para las que solo tiene buenas palabras. -Quiero agradecer a Cruz Roja todo lo que han hecho por mí, por su ayuda en este proceso de encontrar un hogar donde vivir con mi familia y sobre todo porque siempre hay una persona que me escucha y me ayuda-, relata. Su hijo y su hija  se han integrado sin problemas, y mientras reconoce que ha sido un año duro debido al cambio, afirma no arrepentirse de haber elegido España como país donde empezar una nueva vida. -Nuestra idea es quedarnos aquí hasta que todo se estabilice. Queremos un futuro en España, tanto que próximamente me examino para el A2 de español y más adelante me presentaré para el B1-


PREPARACIÓN A LA AUTONOMÍA Y DESARROLLO DE UNA NUEVA VIDA

Después de la fase de acogida llega una segunda fase: la de preparación para la autonomía, que se pone en marcha sólo cuando las personas han recibido una resolución favorable a su solicitud de protección temporal. Hasta enero de 2023, más de 3.205 personas ucranianas han salido de los recursos de emergencia y/o acogida temporal gestionados por Cruz Roja y han pasado a esta fase de autonomía, tras encontrar una vivienda de alquiler donde continuar su itinerario de integración sociolaboral.

Para que las personas ucranianas beneficiarias de protección temporal puedan desarrollar una nueva vida en condiciones dignas y que se adapten a sus necesidades, desde Cruz Roja, con apoyo de las personas voluntarias, se trabaja para identificar viviendas que cumplan con mínimos de accesibilidad, comunicaciones, cercanía a servicios educativos o sanitarios, y, en definitiva, con acceso a todos los recursos básicos que necesiten.

En el caso de Valentyna, la universidad ha jugado un papel fundamental en su integración y preparación a una vida independiente en España.  
La primera parada de esta joven de 19 años fue Barcelona, ciudad a la que llegó en autobús junto con más mujeres ucranianas y de ahí partieron hacia Granada, donde estuvieron alojadas en un hotel con otras personas refugiadas. -Por entonces yo ya hablaba por teléfono con la Universidad de Castilla-La Mancha, porque me dieron la opción de estudiar en ella, y al poco tiempo ya me vine a Ciudad Real, a uno de sus campus. Ahora vivo en una residencia de estudiantes y estudio Filología Hispánica-, afirma Valentyna.

La UCLM le concedió una beca para poder cursar sus estudios mientras que Cruz Roja se encarga de la cobertura de sus necesidades básicas. Subraya sonriente que sus dos amigas, una ciudadrealeña y otra francesa, le ayudan a integrarse cada día un poco más, pero que sin duda para ella es fundamental saber comunicarse en nuestro idioma. -Saber español la verdad que me ayuda mucho, yo tengo el B2 porque ya estudiaba español antes del conflicto. En mi universidad de Ucrania mi primera lengua era el inglés y la segunda el español-

Respecto a su futuro, concluye que sueña con acabar su carrera y establecer su vida en España, a pesar de que la realidad es incierta ya que -nadie sabe qué va a pasar cuando todo esto termine-. 





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