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Nilofar Bayat. "Los retos son dobles para las mujeres, pero todo el mundo está sufriendo mucho en Afganistán"

Cruz Roja Española (14/04/2022)

Nilofar Bayat Nilofar es jugadora de baloncesto y ha trabajado para el CICR.

Nilofar Bayat es una inspiración para muchas personas refugiadas. En agosto de 2021, tuvo que salir de Afganistan ante el grave peligro que corría su vida tras la subida al poder de los talibanes. Ahora vive en España y juega al baloncesto en el club paralimpico Bibaideak Bilbao BSR.

A continuación os reproducimos la entrevista publicada en la revista AHORA de Cruz Roja Española dentro de la serie de entrevistas personales llamada La Mirada de... Nilofar Bayat.

¡Disfrutad de la lectura!
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Jugadora de baloncesto en el club paralímpico Bibaideak Bilbao BSR
Hablar de Nilofar Bayat es hablar de lucha y superación. Capitana de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas, cuando los talibanes tomaron el control del país, en agosto de 2021, se vio obligada a huir. Con la ayuda del fotoperiodista español Antonio Pampliega, llegó a España, donde el club paralímpico Bibaideak Bilbao BSR le abrió las puertas y le ofreció un puesto de trabajo. A día de hoy, Nilofar Bayat es la primera jugadora afgana que forma parte de un equipo mixto, y disfruta de su nueva vida en Bilbao junto a su marido. 

De Kabul a Bilbao, ¿cómo fue el proceso de venir a España?

Mi llegada a España fue muy difícil, porque dejé Afganistán dos días después de que los talibanes tomaran el control del país. Estuve dos días y dos noches en el aeropuerto de Kabul. Después llegué a Madrid y al día siguiente vine a Bilbao. En el camino hubo muchos retos. Perdí mi equipaje cuando estaba intentando entrar en el aeropuerto: mis certificados del colegio, la universidad¿ Todo lo que tenía. Y mi marido lo mismo. Vinimos sin nada. 

Pero los talibanes no solo estaban en contra de mí o de mi marido, sino en contra de toda la gente que estaba frente al aeropuerto. Recuerdo que todo el mundo estaba muy asustado. Los talibanes disparaban al aire. Lo pasé muy mal durante el tiempo que estuve en el aeropuerto, durante esos dos días y esas dos noches. 

Era verano y hacía mucho calor. Estábamos todo el rato en el suelo. Por la noche, no había ningún sitio donde dormir; durante el día, ningún sitio donde sentarse. E insisto: hacía mucho calor. Tampoco teníamos comida, solo el agua caliente que me dieron los alemanes y algunas otras personas afganas. Tenía miedo de que entraran los talibanes, y mataran a todo el mundo o que nos dejaran finalmente fuera del aeropuerto. Fue aterrador¿ pero cuando llegué a Madrid, me sentí un poco más segura, un poco mejor. 

El periodista Antonio Pampliega presionó al gobierno en España para ayudarte a salir de Afganistán. ¿Piensas que sin su ayuda podrías haber dejado el país?

Antonio es un amigo que ha hecho mucho por mí. También recibí una invitación de Reino Unido y Estados Unidos casi al mismo tiempo, pero, en el caso de Reino Unido, ya estaba dentro del aeropuerto. Pero por supuesto que sí, Antonio me ayudó mucho, gracias a él todo fue mucho más fluido y pude salir de Afganistán en apenas dos días. Significa mucho para mí. 

¿Cómo ha sido el proceso de adaptación tanto personal como profesional en Bilbao?

Es difícil, porque conlleva muchos retos. Vengo de un país diferente, de una parte del mundo muy distinta. De Asia a un país europeo que tiene diferente cultura, idioma¿ todo. Todavía tengo mis problemas para adaptarme, pero lo estoy intentando: aprender a comportarme, a que todo me resulte más familiar¿ 

No es fácil, y reconozco que todavía tengo problemas con el idioma, especialmente cuando la gente habla euskera [ríe]. Y el problema de no saber cómo comportarme con la gente. Pero bueno, tengo amigos aquí y estoy intentando empezar una vida normal. 

¿Estás contenta jugando con el club Bibaideak Bilbao BSR?
Mucho. Este club es el campeón en España. El más fuerte. Para mí es un honor, y estoy muy feliz de jugar con profesionales que están en el equipo nacional e incluso otros que vienen desde otros países, como Argentina, Reino Unido y México, y que jugaban en sus respectivos equipos nacionales. 

Me encanta trabajar aquí porque sé que estoy mejorando. Y eso que no es fácil, porque para mí es muy duro jugar con ellos, pero sé que, si continúo, puedo aprender mucho. Me gusta el equipo. 

Es la primera vez que una mujer afgana juega en un equipo masculino, ¿cómo valoras la experiencia?

Sí, es la primera vez que una mujer afgana juega en un equipo mixto. En Afganistán, por ejemplo, sería inaceptable. Afortunadamente, ya no soy la única chica, porque ahora hay otra jugadora de Argentina que es muy buena.

Es una experiencia nueva. También difícil, porque mis compañeros son más fuertes que yo. Y eso que yo soy fuerte, pero físicamente somos diferentes. Antes jugaba con una pelota de menor tamaño, y ahora, al jugar en este equipo, es más grande. Mis manos son más pequeñas que las de mis compañeros, así que me es difícil controlar la pelota, pero en general es una buena experiencia. Aprendo mucho y puedo compartirlo con otras personas en Afganistán, como mis compañeras de equipo, y usar esos conocimientos para mejorar.

¿Cómo es la situación de las mujeres en Afganistán en este momento?

La situación de todo el mundo es muy mala en Afganistán. De todo el mundo. Aun así, los retos son dobles para las mujeres. A las mujeres no les está permitido ir a la escuela. Los colegios, de hecho, están cerrados para las niñas y la universidad también. Las mujeres no pueden trabajar, no pueden ir a ningún sitio sin un hombre. Y si vas a algún sitio con un hombre tienes que demostrar que es pariente tuyo: hermano, marido, padre¿ Las mujeres no tienen nada. La situación es nefasta.

Las mujeres que han salido de sus casas y han empezado a levantar la voz y gritar al mundo lo que está pasando¿ están desaparecidas. Las han cogido. Hay tres chicas de Kabul que nadie sabe dónde están. Ni siquiera si están vivas o no. Es solo un ejemplo que refleja lo que está pasando.
La gente no tiene dinero, no tiene comida, no tiene trabajo¿ En mi familia, son 6 personas y ninguno está trabajando. En la familia de mi marido son 10: ninguno está trabajando. No tienen ingresos. El dinero que tienen es para comprar comida. Y ahora es invierno, está nevando todos los días. Hace mucho frío y es muy duro. 

La paz, la libertad, la democracia¿ no significa nada para ellos porque están luchando para sobrevivir. Cuando la gente es pobre, cuando la gente está luchando por aguantar un día más¿ pueden aceptar cualquier regla. Y es así precisamente como lo quieren los talibanes. Quieren que la gente sea pobre. La gente está sufriendo y enfrentándose a muchísimos retos. Por supuesto que los retos son dobles para las mujeres, pero todo el mundo está sufriendo mucho.

Trabajaste en Afganistán con el Comité Internacional de la Cruz Roja, ¿qué papel tiene la Organización en tu país? ¿Cómo ha ayudado en esta crisis?

Cruz Roja tiene un gran proyecto en Afganistán, algo que aprecio mucho. Es la única Organización que está trabajando allí. Y mis compañeros, con los que hablo a veces, también siguen allí. 
Cruz Roja tiene diferentes proyectos en diferentes partes del país; los más grandes están relacionados con los centros de rehabilitación: tienen siete centros en siete provincias diferentes. Y cada año atienden a miles de pacientes que tratan de forma gratuita. Yo estaba trabajando allí, y mi marido también (como fisioterapeuta). Pero, además, Cruz Roja está ayudando con otras cosas muy importantes: educación, agua¿ en distintos proyectos. Me parece una labor enorme. Ahora no hay nadie ayudando en Afganistán, pero Cruz Roja está allí dentro: trabajando. Están pensando en mi gente y en mi país. 

Y son honestos. Ayudan a la gente y a los talibanes. Juntos. Para ellos lo importante es el ser humano. No tiene cabida la política, no importan los asuntos políticos. Eso me gusta. Cruz Roja lleva trabajando en Afganistán 30 años y espero que trabajen más duro ahora y que tengan muchos proyectos en marcha. Mi país lo necesita más que otros años, mucho más que antes. 

¿Cómo te enfrentas al futuro? ¿Consideras continuar ayudando a otras personas desde Cruz Roja en España?
Claro. La mejor época de mi vida ha sido en la que he trabajado con Cruz Roja en Afganistán. Estoy orgullosa de eso. Siempre me ha hecho sentir muy bien. Trabajaba con gente a la que entendía: personas que tenían discapacidades. Y comprendía sus sentimientos. Cuando llegué a España, pensé que era algo que sería capaz de hacer. Me gustaría hacer tantas cosas como pueda. Quiero ayudar.

De hecho, ya he tenido una reunión con Cruz Roja. Me han contado sus proyectos, lo que quieren hacer¿ hay uno específicamente para mujeres afganas en España. Están intentando ayudar a refugiados afganos. Y si puedo, claro que ayudaré. Ser parte de Cruz Roja es un honor, algo de lo que estar orgullosa.







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