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Un proyecto para la integración de la comunidad migrante

Cruz Roja Española (08/08/2024)

Sentir la Isleta 'Sentir la Isleta: convivir para entender': una iniciativa que se centra en la reparación de bicicletas como motor de integración.

'Sentir la Isleta: convivir para entender' es un proyecto entre Cruz Roja y el IES La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria.
 
Arreglar unas bicicletas puede ser la excusa perfecta para juntar a jóvenes migrantes y estudiantes de instituto. Es lo que ha sucedido en Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en el IES La Isleta, donde han realizado una actividad que ha sido premiada a nivel nacional como ¿Mejor Proyecto para Desarrollo¿ por la Fundación Vicente Ferrer, y que ha impulsado Cruz Roja junto con el centro educativo. 

Fue el propio instituto el que, preocupado por las actitudes xenófobas de parte de la población que también se perciben dentro del centro, propuso al centro de acogida Canarias 50, gestionado por la Organización humanitaria, alguna actividad destinada a favorecer la integración de jóvenes migrantes. Es así cómo se gestó un taller de bicicletas, bajo el nombre de 'Sentir la Isleta: convivir para entender, un proyecto de aprendizaje-servicio', en el que han participado 6 personas migrantes de en torno a 18-20 años junto con el alumnado de primero de bachiller del instituto. 

Arreglar estos vehículos se ha convertido, además de en una actividad creativa muy enriquecedora, en una manera de conocer otras realidades y generar empatía hacia un colectivo vulnerable que siempre está en el punto de mira. Y ha funcionado. "Los chicos estaban muy contentos de conocer a gente de su edad. Hay que tener en cuenta que algunos ni siquiera han podido ir nunca a un instituto", señala Anabel, educadora social de Cruz Roja y parte del centro de acogida Canarias 50. 

"El primer día el alumnado estaba un poco distante, a lo mejor por ese rechazo inicial de no conocer a la persona... Pero, después (estuvimos yendo 2 meses), había cada vez más motivación y preguntaban cuándo iban a ir. Tanto es así que al final han quedado fuera para jugar a fútbol, ir a la playa¿ han entablado amistad", añade Anabel. Y es que los lazos y redes de apoyo son fundamentales para todo el mundo, pero muy especialmente en un periodo tan convulso y lleno de cambios como es la adolescencia. 

Hay que tener en cuenta que las personas usuarias de Canarias 50 vienen en muchas ocasiones derivadas desde centros de menores. Tras ser declaradas mayores de edad, irrumpen todas sus actividades cotidianas y se quedan en una situación de desamparo. "Es verdad que, como es un centro de acogida de emergencia, los chicos van y vienen, y no siempre están mucho tiempo, pero siempre intentamos que participe el máximo número posible de personas en esta iniciativa", declara la educadora social.  

La actividad, además, persigue otro fin: el de servir a la comunidad del barrio. Así, las bicicletas reparadas han sido destinadas a familias vulnerables de la zona. Convivencia, creatividad y comunidad en estado puro.  

Además de las sesiones propias de restauración de las bicicletas se realizaron otras de conocimiento sobre el origen de los jóvenes migrantes y la problemática que les ha hecho abandonar sus países, su cultura. 

Pincha aquí para leer el artículo original sobre este iniciativa que ha sido premiada a nivel nacional como 'Mejor Proyecto para Desarrollo' por la Fundación Vicente Ferrer.




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