Un esfuerzo incansable para salvar vidas, reducir riesgos y brindar acceso a servicios esenciales.
En España, casos como los de Hugo, Abdoulaye u Omar reflejan la realidad que viven durante el tránsito, la llegada a España y su estancia en nuestro país.
Cruz Roja Española se suma a la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en la reafirmación de su compromiso humanitario en un mundo donde aumentan las migraciones, y es que más de 110 millones de personas se enfrentan a desplazamientos debido a la persecución, los conflictos armados, el cambio climático y las crisis humanitarias.
A finales de 2023, el 40% de estas personas (43,3 millones) eran niños, niñas y adolescentes menores de 18 años; las personas migrantes y desplazadas, a lo largo de sus viajes, se enfrentan a desafíos para acceder a servicios esenciales y luchan contra el estigma y la discriminación. En la primera parte os contábamos en qué consiste la campaña; en esta segunda os contamos las Historias de Vida y Empoderamiento.
Historias de Empoderamiento:
Muchas personas en movimiento que contaron con el apoyo de los servicios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se unen a los 16,5 millones de personas voluntarias en todo el mundo que trabajan en sus comunidades todos los días.
En España, casos como los de Hugo, Abdoulaye u Omar reflejan la realidad que viven cada día:
- Hugo es solicitante de asilo por razones LGTBI; era trabajador en residencias de mayores en su país de origen, y se incorpora al mercado laboral en este sector. Es voluntario en el programa de Personas Mayores de Cruz Roja a día de hoy y realiza acompañamientos en otros programas de Guadalajara.
- Abdoulaye, de nacionalidad maliense, hace un proceso migratorio largo cruzando el desierto. Permanece varios meses en el monte Gurugú y llega a España en patera. Ha conseguido la titulación ESO y paralelamente trabaja de pastor. Hoy en día estudia una formación profesional de grado medio mientras trabaja por la noche repartiendo comida turca. Es activista en asociaciones de Ciudad Real que luchan por los derechos humanos, y en Cruz Roja participa en los talleres que se imparten en centros educativos con el objetivo de sensibilizar y acercar la realidad de las personas migrantes al profesorado y/o al alumnado, contando su historia de vida y lo que a él le ha ayudado para una mejor integración.
- Omar, de nacionalidad guineana, y beneficiario del Estatuto de Refugiado. Vive en Albacete. Viaja a Marruecos regularmente para informar a migrantes que están a la espera de llegar a Europa "por cualquier medio" de los peligros de la ruta y dificultades al llegar aquí. Hace especial hincapié con la población femenina para que sepan que el hecho de tener un hijo o una hija en España no les garantiza que éstos adquieran la nacionalidad española. Además, hace ya años que es voluntario de Cruz Roja.
- Khayri, refugiado palestino que cruzó la frontera con Egipto a través de un túnel bajo tierra. Ahora, trabaja como intérprete en el programa de Ayuda Humanitaria.
- Mario, abogado de profesión en su país, solicitante de protección internacional. Huyó de El Salvador, junto a su familia. Actualmente, asesora jurídicamente a las personas que solicitan refugio en España a través de su voluntariado con Cruz Roja.
- Jerome, refugiada de Jamaica, tuvo que huir de su país por sufrir transfobia. En España, comenzó su proceso de cambio de sexo y colabora en diferentes asociaciones para personas transexuales.
- Serghii: Ucrania, Sumi, Ajtirka, Poltava, Lvov, Wrotslow, Frankfurt, Berlín, Trier, Drezden, París; España: Barcelona, Madrid, Badajoz¿ ciudades, países, lugares que ha recorrido junto a su bastón, único apoyo que alivia su discapacidad, para poder escapar de la guerra de Ucrania. En Badajoz encuentra en Cruz Roja el apoyo para quedarse, para tramitar su documentación y esperar como otras personas refugiadas a conseguir una vivienda y sentirse integrado en una población donde asegura estar bien acogido, con gente amble y lo más importante, sintiéndose feliz.
- Sandra, de origen colombiano, llegó a España en el año 2018 después de solicitar protección internacional junto a sus dos hijos. A pesar de que su resolución fue finalmente denegada, con su esfuerzo y el acompañamiento social recibido, consiguió regularizar su situación con un contrato en Cruz Roja en Barcelona, y actualmente trabaja en otras organizaciones y tiene una vida autónoma.
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